Vamos a quitarnos la tirita de golpe. Lo sé, tienes miedo. Piensas que al publicar contenido en internet, tu competencia se pondrá las botas robándote ideas. Pero la realidad, querida amiga o amigo, es que tu competencia ya tiene sus botas puestas desde hace rato. Y no, no estás facilitando que te copien, porque, spoiler alert: no eres tan importante.
¿Te ha dolido un poquito?… Bueno, es normal. Te lo digo porque realmente esta es la primera verdad que necesitas para empezar a publicar sin miedo.

Según un estudio de la Universidad de Harvard (2022), tendemos a sobreestimar cuánto nos observa la competencia y subestimar el valor real que aportamos cuando compartimos contenido auténtico y de calidad. Es lo que en psicología conductual llaman «sesgo de atención selectiva»: creemos que todo el mundo está pendiente de nosotros cuando, la verdad, apenas nos prestan atención.
Además, aquí va otra bomba de neuro marketing:
Cuanto más auténtico y único es tu contenido, más difícil es copiarlo eficazmente. Según estudios recientes de la Universidad de California, los consumidores se sienten irresistiblemente atraídos por las marcas personales transparentes y sinceras. Es decir, la autenticidad es un activo que no se roba ni se copia fácilmente.
¿Te sigue preocupando la competencia?
Te lo diré más claro: nadie puede ser tú mejor que tú mismo. Tu historia, tus experiencias, tu estilo, eso es lo que conecta emocionalmente con tus clientes potenciales. Y no lo digo yo, lo dice el neurocientífico Antonio Damasio, que afirma que las decisiones de compra están fuertemente influenciadas por las emociones que generamos, no solo por la información racional que ofrecemos.
¿Estás bloqueado con este tema?
Si la idea de que la competencia te está robando el almuerzo no te deja dormir, mándame un WhatsApp ahora mismo.
Juntos haremos que tus competidores deseen haberse dedicado a vender calcetines usados en lugar de seguir tus pasos.
Y tras esta breve y discreta pausa publicitaria, digamos para concluir que publicar contenido en internet no te pone en peligro. Al contrario. Es tu oportunidad para destacar, diferenciarte y dejar claro que nadie más ofrece lo que tú tienes para dar.
Así que recuerda esto la próxima vez que dudes frente al botón de publicar: tu competencia no es tu audiencia. Publica por quien sí te necesita. Y que la competencia se ponga las botas si quiere: jamás sabrán cómo atarte los cordones.