Escena cotidiana que segurisísimo te sonará:
Tienes 3 pestañas abiertas, el móvil vibrando con 17 notificaciones sin leer, un café frío a medio tomar y la sensación de que, a pesar de estar «haciendo mil cosas a la vez», no has terminado NADA.
Bienvenidx al timo multitasking, la mayor estafa sobre productividad desde los «descansos de 5 minutos» que se convierten en maratones de TikTok.
«Pero si yo trabajo mejor bajo presión!» (Mentira que nos contamos para no sentirnos mal)
Timo del multitasking – Datos científicos que duelen:
Un estudio de la Universidad de Stanford (2009) demostró que las personas que se creen buenas en multitasking son, de hecho, las peores. Sí, el 98% de los humanos no puede hacer dos tareas cognitivas a la vez sin que su productividad se desplome.
Te lo traduzco:
Cambiar constantemente entre tareas no te hace eficiente, te hace un pulpo con déficit de atención.
Tu cerebro no es un iPhone con 15 apps abiertas. Es más bien un Windows 95 que se bloquea si le pides demasiado.
Porque el multitasking es como intentar mear y silbar a la vez (spoiler: algo siempre sale mal)
Pierdes hasta un 40% de tu tiempo en solo reorientarte cada vez que cambias de tarea (dijo la American Psychological Association).

Ejemplo real:
Es como si cada vez que te levantas a por agua, te pusieras a limpiar la nevera, ordenar tu colección de tuppers y llorar por tu ex. Al final, ni bebes ni resuelves tu vida.
Cometes más errores (y luego gastas el doble de tiempo corrigiéndolos).
Más datos brutales:
Investigadores de la Universidad de Londres hallaron que el multitasking reduce tu IQ temporalmente más que fumar marihuana. Sí, literalmente te vuelve más tonto en el momento.
Y además, aumenta tu estrés como la espuma de un café de Starbucks mal tirado.
El cortisol (la hormona del estrés) se dispara un 50%+ cuando tu cerebro está sobresaturado (según un estudio de la Universidad de California de hace como 10 años).
Traducción emocional:
Esa sensación de «no llego a nada» no es fracaso personal. Es biología pura.
Entonces, ¿cómo dejar de ser una centrifugadora humana (y recuperar tu cordura)?
- La regla del «mono enfadado pero concentrado»
Ciencia detrás: El MIT descubrió que el cerebro funciona mejor cuando se enfoca en UNA cosa (aunque proteste como un niño al que le quitan la Play).
Truco de la tita Sonia:
Elige 1 tarea (sí, solo una).
Pon un temporizador (25 minutos si eres principiante, 45 si ya tienes resistencia).
Si te pica el impulso de cambiar de tarea, grábate mentalmente haciendo este gesto 🖕🏻 y sigue.
- «No molestar» es el nuevo «estoy ocupado siendo una persona funcional»
Estudio de la Universidad de Irvine: «Por cada notificación que te interrumpe te toma 23 minutos volver a concentrarte».
Solución radical (pero efectiva):
Silencia TODO (sí, incluido el grupo de WhatsApp de tu familia donde solo se comparten memes de 2012).
Si es urgente, que te llamen por teléfono como Dios mandaba en los 90.
- Abraza el «no» como tu nueva religión
Dato psicológico: Según la Universidad de Zürich, decir «sí» a todo es la forma más rápida de quemarte y odiar tu vida.
Frase para repetir: «Prefiero hacer una cosa bien que cinco mal. Y si no les gusta, que contraten a un robot.»
Aquí es donde mis servicios de gestión de webs y tiendas online, entran como ese amigo que te quita el móvil cuando estás a punto de escribirle a tu ex.
Sabemos que el mundo sigue exigiendo que seas una máquina, pero tú no lo eres. Y por eso:
- ¿Que pierdes horas en tareas repetitivas? Pues las automatizamos. Tú solo preocúpate de lo importante (o de mirar al vacío sin culpa).
- ¿Que te cuesta priorizar? Te ayudo a enfocarte en lo que realmente mueve la aguja (y no en lo que grita más fuerte).
Conclusión (con un cachete cariñoso de realidad):
Deja de glorificar el «estar ocupado». La productividad real no es hacer más, es hacer mejor. Y a veces, eso significa no hacer nada para luego hacerlo todo con cabeza.
PD: Si después de leer esto sigues saltando entre tareas como un cangrejo en éxtasis, recuerda: Roma no se construyó en un día, pero seguro que los arquitectos no tenían Instagram. Por mi parte, prometo solemnemente que la próxima entrada que publique se titulará «Ansiedad digital o cómo desconectar del trabajo cuando tu oficina es tu móvil (y no acabar como un zombi con pantalla)» o algo parecido. Pero vamos, que este tema… me pone.
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Fuentes citadas (para que no pienses que me lo invento):
Stanford University (2009). Cognitive control in media multitaskers.
University of London (2005). IQ drop from multitasking.
University of California (2016). Cortisol and task-switching.